Iglesia

Llegué junto con Yoli en moto hasta allí. Me quité el casco y le sonreí a Yoli, llevándolo bajo el brazo. Ante su mirada incrédula, le entré en la iglesia. ¿Qué? ¿Tan raro era ir allí? Aunque hubiera ido a fiestas parroquiales y hubiera tocado en misas no había tenido oportunidad para rezar. No es que fuese un maniático, pero me sentía como cuando después de comer no te lavas los dientes, que sientes como si estuvieses sucio. Me agaché delante de Yoli sentado en un banco y me puse a rezar (xD)

Estaba sonriente mostrando mi perfecta y blanca dentadura, estaba sonriente hasta que me llevó de pronto a la iglesia, desvanecí mi sonrisa de inmediato. Me quedé con cara tonta cuando empezó a rezar, todo estaba en silencio y yo estaba ahí, de pie, mirándolo arrodillado frente a un altar a varios metros de distancia.
-Quino... ¿qué haces? -siseé pero en voz audible.

Murmuraba en voz baja, simplemente abriendo y cerrando la boca articulando palabras casi sin emitir ningún sonido y con los ojos cerrados. Cuando Yoli dijo aquello alcé las cejas y levanté la mirada, mirándola sin comprender.
-Pues... rezar.-dije simplemente.-¿Es que ocurre algo?-dije sin separar mis manos.

Puse cara de burla y tono también, repitiendo lo que había dicho.
-Pues rezar -dije burlando- ¿Por qué me traes aquí, así, sin más?

Fruncí el ceño y me puse de pie, sacudiéndome las rodillas.
-Oye, ¿pasa algo porque pasemos por aquí? Necesitaba rezar. Lo siento pero es parte de mi creencia.-susurré mirando de reojo al cura por si decidía reñirnos.

-Y dale -siseé, enfurruñada- que me parece muy bien que sigas tus creencias, pero... ¿no podias haber hecho otra cosa? O rezar antes de irte a la cama como hacía todo el mundo antes de hacer la comunión -dije ofendida, y ceñuda.
Ultimamente sólo quería estar con Quino y ahora que podía me traía a la iglesia.
-Mira, cuando hice la comunión juré que no me pondría más vestidos de princesa y que no pisaría una iglesia por mí misma hasta que me casaría.
Bufé, cruzándome de brazos. Quino fue a cogerme del brazo pero me aparté.
-No, déjame. Parece que quieres más a Dios que a mí. Y Dios no-existe -siseé con claridad y con voz perfectamente audible. ¿O es que ya nadie hacía caso a la ciencia?

Apreté las mandíbulas y las manos.
-Ya basta, Yoli. Párate aquí si no quieres que terminemos mal.

Fruncí los labios ceñuda, mirándolo enfurruñada.
-Vale -dije picada, dispuesta a pirarme de la iglesia.

La paré cogiéndola de un brazo.
-Oye, no me rehuyas, enfréntate a los problemas.-dije picado yo también.

Me crucé de brazos.
-¿A qué quieres que me enfrente, Quino? ¿Es que también intentas cambiar mi forma de pensar, mi ideología, trayéndome aquí?
Una señora nos mandó callar, pero pasé olímpicamente de ella.

Apreté los labios.
-No, yo creía que respetabas mi cultura y por eso no te importaría que me pasase aquí a rezar y después nos fuésemos, ¿o es que yo puedo ir a esas fiestas tan idiotas llenas de sobones y tú no puedes acompañarme a la iglesia? Me parece lo más egoísta que he escuchado.-dije molesto.

-Nadie -dije enfatizando aquella palabra- te ha obligado a venir a las fiestas. Si quiero que vayas a ellas no es porque quiero integrarte ni porque quiero drogarte ni esas tonterías que estarás pensando. Es para que estemos juntos. Y llevo días -dije mientras se me humedecían los ojos- esperándote mientras tú te dedicabas a tocar la guitarra en la iglesia. Esperándote cuando más dolida estaba. Y ahora que vienes y apareces de nuevo, lo primero que haces, es traerme a la iglesia. Bravo.

Fruncí el ceño, incrédulo, solo prestando atención a una frase que había dicho.
-¿Por qué estás dolida?-pregunté extrañado.

Suspiré profundamente.
-Por nada... -dije. Tal vez no sería correcto contarle que en la fiesta me dio un bajón emocional por la pelea de Ruth y Suzett y los recuerdos que tuve de Isaac.

Analicé su suspiro, cuando suspiraba así era porque algo malo pasaba, y me preocupé. Dejé el enfado por un momento a un lado y puse una mano en su hombro.
-Yoli, me lo puedes contar, en seiro.-susurré en el tono más comprensivo que pude.

Suspiré de la misma manera una vez más y lo abracé, quedándome callada durante un momento.
-Pues... que Gorka y yo hicimos una fiesta y... una francesa nueva del colegio se peleó con Ruth y además fue en mi casa y las tuve que parar y... llevaba días sin tí, me ha venido la regla y estaba más ñoña y, te quiero pero cada vez se me hace más difícil hacerme a la idea de que Isaac murió y la otra vez incluso creo que lo ví en el cementerio y... -suspiré de nuevo, hundiendo mi rostro en su pecho- Joder, necesito un piti...

Parpadeé por todo lo que me contó, intentando asimilar. Le devolví el abrazo pasando mi mano por su espalda y cuando oí su último comentario me separé, sacándome un paquete de tabaco del bolsillo.-Toma uno.-cuando vi la cara que puso, me encogí de hombros.-¿Qué? No son míos...

Alcé una ceja.
-¿No se supone que tienes que ser puro en todos los sentidos? -pregunté conteniendo una sonrisita- ¿De quién son? ¿Y no se supone que siendo mi novio deberías decirme: no, Yoli. No fumes...?

Me reí entre dientes.
-Son de...-miré a mi alrededor, buscando a algún colega, pero no vi a ninguno, así que sonreí e intenté hacer una broma.-De mi señor todopoderoso, ¿ves como existe? Por cierto, me debe dos euros con ochenta por los Camels.-dije con una medio sonrisa intentando convertir la foensa de antes en una broma, aunque todavía me seguía molestado. Me guardé rápidamente el paquete antes de que ella pudiese cogerlo.-Ah, si quieres no te dejo fumar y listo.-alcé las cejas y una anciana nos pidió silencio. La ignoré.

Me relamí los labios. La ventaja que Quino no supiera que me costó un montón dejarlo era que me daría un cigarro con más facilidad.
-Va, sólo uno -dije poniendo ojitos.

Me encogí de hombros y negué con la cabeza con los labios apretados.
-Qué pena, demasiado tarde para ofrecértelos.-dije riéndome entre dientes.

Me crucé de brazos.
-Muy bonito... -le cogí de la mano y vi que seguíamos molestando, así que, con disimulo, sonreí con diversión y me acerqué poco a poco a Quino- ¿Te vienes a mi casa a rezar un Rosario? -pregunté alzando una ceja, esperando que pillara la indirecta.

(Anillo de la pureza)

No pillé la indirecta, así que realmente creía que Yoli estaba haciendo un esfuerzo por meterse en mi religión. Sonreí abiertamente dándole un beso en la mejilla.
-Claro.

Gorka: Cállate, enano cagón xD