Pub Kapital

Un sitio para desconectar los findes, buenas copas, chic@s atrevidos, entras?

Había ido a buscar a Berto a casa de Blanca, no sé qué hacía allí, ya me temía lo peor... Durante el trayecto en coche, estuve callada, hasta cuando me trajo al Pub Kapital. Mal lugar, gente conocida, gente que quería olvidar...
-¿Pero Berto qué haces?
No contestó. No... Otra vez lo mismo no. No quería que se metiera más mierda. Lo vi hablar con un tío pero no podria estar segura que sería de drogas, aunque seguramente lo fuera. Lo mandé a la mierda y caminé por el Pub, por fuera, y decidí quedarme en la entrada.

Entre a una discoteca, fui como medio bailando hasta llegar a la barra a pedirme un ron-cola y empezar a bebermelo sin nisiquiera fijarme en quien tenía al lado...

Entré a la discoteca, cualquier cosa para evadir a mi hermano, que me seguía. Cuando me enfadaba nadie podía conmigo, así que preferí entrar y buscar a alguien de fiar. Cada vez que me encontraba con antiguos exnovios (que pocos no eran), agachaba la cabeza y escondía mi rostro entre mi pelo, dichosos hijos de puta...
A lo tonto a lo tonto, llegué a la barra y choqué con Gorka, cuando iba a saludarle o algo por el estilo, me bibró el móvil y lo cogí, pero se escuchaba fatal. Miré a mi alrededor, y allí estaba ella. En otro lado.

Mire al camarero dispuesto a darle la chapa para algo le estaba pagando.
- ¿Oye y a ti te gusta que te den la chapa?
Me cai al suelo.
- Oye mira por donde miras...- dije desde abajo.- YOLI- grité sonriente sin fijarme aún en la rubia.

-Hola -dije igual de animado que él, mirando a Ruth a lo lejos, le hice un gesto con la mano.
Había quedado con ella, pero antes iba a ir a casa y meterme en la cama para disimular porque aquel día no me dejaban salir por haber hecho pira el día anterior con Gorka. De todos modos, mi hermano, de una manera algo diferente, me había traido a mi destino.

Me levanté y volvi a darle otro trago a la bebida.
- Anda ve con tu amiguita que ahora me va a poner a parir a mi...- dije mientras me iba dando golpes en la espalda para quitarme la mierda del suelo de la discoteca, nadie limpiaba.- Que si no luego la toma contigo...

Fruncí los labios, mirándolos a ambos alternativamente. Comencé a moverme disimuladamente, bailando en plan como hacía todo el mundo que aún no estaba motivado. Hablé alto y claro a Gorka, sin que pudiera escuchar Ruth.
-Gorka, tío. Ahora mismo coges, me acompañas a donde Ruth, la tratas bien y le pides perdón -dije seria.

- Eso es fácil decirlo- dije mirandola sonriente.- Es el tercero de estos que me tomo, no he mezclao y no me ahra mucho efecto pero de que me suba voy ha hacerlo si eso ¿Okay?- dije haciendo yo tambien como que bailaba. No se me daba tan mal...

Lo miré completamente seria.
-No, hazlo ahora. En el fondo lo deseas y ella también. Sino, olvídate de la fiesta -al menos, era buena chantajeando.
Miré de reojo a los chicos que rodeaban a Ruth, que la miraban como si fuera un trozo de carne.
-Hazlo antes de que se te adelante alguien.

Me puse una mano en la frente.
- Valeeee- dije como si fuese un niño pequeño diciendole que si a su madre. Me acerque ''sigilosamente'' hacia Ruth la abracé por la espalda y le hablé al oido.- Ruth tenemos que hablar...

Puse los ojos en blanco.
-Qué discreto... No le ha faltado tiempo para abrazarla -siseé para mi misma.
No me molesté por acercarme a ellos, porque aunque lo haría, se volverían a alejar.

- Ruth...- dije con cara triste llamandola por su nombre seguramente por primera vez en mucho tiempo.- Vamonos que quiero decirte algo lejos de todos estos pringados y gente rara...

Me mordí el labio inferior, apoyada en la barra mientras miraba cotilla a ellos en el centro de la pista. Carraspeé, sonriente, al menos Gorka iba a buenas. Cogí el móvil y le envié un mensaje a Ruth:

Spoiler:

Entonces apareció Berto, aclarándome que sólo había venido para pedir pasta a un colega porque quería comprarle un regalo de agradecimiento a Blanca por haberle ayudado... Ya... seguro... Bufé y me monté en el coche, aún con Ruth y especialmente Gorka en la cabeza, quien ahora cada vez consideraba más amigo... En cuanto a Quino, se las vería conmigo, me estaba dejando aquellos días plantada. Berto arrancó el coche y nos fuimos.

La segui corriendo y la agarré de una muñeca parandola y haciendo que me mirase.
- Perdon..yo simplemente...-me atasqué un poco pero ya me daba igual gritarlo.-¡TE QUIERO!

La segui corriendo y me coloque delante de ella. La agarré de los hombros y la mire a los ojos.
- Si esto no hace que creas...
Acerque mi rostro al suyo y la bese con pasión.