Enfermería

Llegamos a la enfermeria y la coloqué sobre la camilla¡ quedandome quieto ya como harto de esto. Todo a mi...

Bufé, cogí el teléfono móvil para llamar a Roque, aquel día tenía clase más tarde y siempre venía más tarde a clase, pero no cogía el móvil y llevé mis manos a mi frente.
-Ay... ¿Qué voy a hacer? Tengo clase ahora... -dije hablando sola, puse cara de impresión y con una sonrisa, se me había ocurriendo una idea- ¡Sí, eso es! Llamaré a Martín... -entonces puse cara triste, de nuevo- ¡Ay, no! -dije chasqueando la lengua- Tenía una reunión...
Estaba dando vueltas constantemente por la enfermería, mirando al suelo.

Me apoyé en la pared ¿Eso era una profesora? La verdad es que no entendía quien coño revisaba los curriculums pero era mas tonto que Cabano.
- ¿Quieres un piti pa' tranquilizarte?

Chasqueé la lengua, quitándole el paquete de tabaco.
-Gorka, ¿no aprendes, o qué? -guardé su paquete de pitillos- Te lo daré la semana que viene.
Bufé y miré de nuevo a Olimpia, así que decidí actuar, cogí una compresa de agua y se la puse sobre la frente, tenía algo de fiebre.

Me quede mirandolaflipado ¿Ni siquiera iba a llamar a mis padres? Que rayada.
- Bueno y...¿Me puedo ir?

Saqué uno de mis cachibaches de cuerda de mi bolsillo, eran muñequitos pequeños que dándoles cuerda se movían, servían muy bien de relax.
-Sí, sí... claro.
Al ver que no reaccionaba, me di cuenta que tenía que quedarme en la enfermería a la espera de que despertara o de que alguien que pudiera hacer algo llegara.
-Pero que no se me revolucione la clase.

Me fui sin decir nada corriendo por los pasillos chocandome contra todo el mundo queriendo.

Sonreí como una tonta cuando Olimpia despertó y me abalancé sobre ella.
-¡Olimpia! ¡Ay, Olimpia! -sonreí con una amplia sonrisa de esas que encogía los ojos y que parecía una china feliz- ¡Qué bien que despertaste! ¿Estás bien?

-Tu clase ya ha terminado, y de hecho -dije mirando el reloj-... Ahora también la mía.
En aquel momento el timbre sonó.

Me crucé de brazos.
-Olimpia deberías irte al médico, acabas de tener el parto y que te desmayaras no es... muy normal... -dije la frase con cuidado y lentamente, sabiendo cómo iba a reaccionar Olimpia.

Asentí con cara de acojonada y con rapidez.
-Vale, vale.

Dejé de mover tanto la cabeza y segui asintiendo pero más lentamente...
-Eh... En serio, Olimpia. ¿Quieres que avise a... Roque o a Félix?

Me quedé algo chocada e iba a replicarle pero me cerró la puerta en las narices y alzando el dedo índice y con cara de tonta, asentí con la cabeza.
-Vale, Olimpia... -dije suspirando. Abrí la puerta, tenia una hora libre y necesitaba pedir algo a Berto en la cafetería.