Cementerio

Estaba frente la tumba de Isaac. La visitaba cada semana, era algo que no podía evitar. Lo quise un montón, y aún lo quería. También amaba a Quino, pero a Isaac no lo podría olvidar por mucho que lo intentara.
Tenía una rosa entre mis manos, la eché con suavidad, dejándola encima de su tumba. Ya no tenía ganas de llorar, mi fábrica de lágrimas había sido agotada. Tenía un auricular puesto, en el que escuchaba una canción que me encantaba de rap, bonita, con sentimiento y significado de la vida.

Llené mis pulmones de aire mientras mi pelo moreno bailaba en el viento y me giré un momento, esperando estar sola, pero no, ahí estaba Ruth, y me había visto. Quise decirle que viniera, pero no pude, estaba triste.

Fruncí los labios y símplemente, callada, la abracé. La abracé por todo: por Isaac, por lo de la fiesta... por todo.
-¿Qué haces aquí, Ruth? -dije aún sin querer soltarla.

-Jo tía, no llores que se me pega -dije empezando a sollozar, llevandome mis manos a mis párpados maquillados.

Reí entre dientes, porque la que estaba llorando allí era yo.

Sonreí, asintiendo lentamente con la cabeza y secandome las mejillas. Me giré para mirar hacia la lápida de Isaac, pero lo vi a él de pie, mirándome con una sonrisita. Abrí mucho los ojos, con terror y luego me giré, confusa, para mirar a Ruth.
-Nos...¿vamos?

La agarré del brazo, mirando constantemente al suelo, me quedé callada hasta que nos acercamos a la verja del cementerio. Fue entonces cuando volvi a mirar hacia atrás, ahí seguía, sonriendo aún, sonreí de oreja a oreja, no sabía por qué, pero algo me hacia sentir obligada a hacerlo. Miré a Ruth.
-¿Adónde vamos?

Encogí los hombros.
-Es que, me da igual a dónde ir.

Sonreí pero puse cara de poner pega.
-Me encantaría pero... si vemos alguna que sea de sangre y mucha muerte. Nada de amor y esos rollitos ni dramas... ¿eh?

Aparque la moto cerca y entré al cementerio hasta quedarme quieto delante de la tumba de Isaac. No me invadía la culpa porque en mi opinión el tambien se lo había buscado pero igual asi solía venir a visitarle.
- Hola...¿Que tal tio?- pregunté como si esperase una respuesta.

Aparecí tras Gorka, silenciosamente, mostrando una sonrisa al verlo alli de visita.
-Más muerto de lo que parece -dije contestando por él con pena.

- Ah...Hola...- dije sonriendo levemente al ver a Yoli.- ¿De visita?- pregunté, aunque eso era algo obvio.

Alcé la cabeza.
-Creo que ya me conoce todo el cementerio.
Sonreí.
-Me extraña verte aquí.

Respondi sin dejar de mirar la tumba.
- Solo estaba visitando a un viejo amigo...

-Ya veo -dije poniéndome a su lado y agachándome para dejar sobre la tumba un ramo de flores.